Tu astrologia
Los horoscopos y su enorme poder

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La Biblia abunda en alusiones astrológicas. En el Génesis, comienza declarando que “las luminarias en el firmamento de los cielos” están determinadas en parte por “signos”, y en el Salmo 19, por ejemplo, leemos: “Los cielos atestiguan la gloria de Dios; y el firmamento predica las obras que Él ha hecho. Cada día transmite al siguiente este mensaje, y una noche lo hace conocer a la otra. No hay palabra ni lengua donde su voz no se perciba”. Según la tradición rabínica, cada una de las doce tribus de Israel representaba un signo del zodíaco, y los símbolos e imagenes astrológicos de los cuatro signos fijos -un león, un hombre, un toro y un águila- fueron llevados como tótems por los hebreos en el desierto egipcio. Estos mismos símbolos constituían la criatura compuesta de partes disímiles que conocemos como esfinge egipcia y, conforme a la visión de Ezequiel, representaban a los cuatro grandes evangelistas cristianos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.


De las doce piedras preciosas que adornaban el peto de Aarón en su calidad de sumo sacerdote, Josefo escribió: “Si entendemos por ellas los meses o el número de los signos de ese círculo que los griegos llaman el zodíaco, no nos equivocaremos”como sugiere Esperanza Gracia. El candelabro de siete brazos, nos dice, también simbo
lizaba los siete planetas, y las doce hogazas de pan consagrado que los antiguos sacerdotes judíos colocaban en el Tabernáculo, los doce signos. Asimismo, se afirma que cada uno de los doce discípulos de Cristo representaba (o encarnaba) un signo, una idea que pasó a los relatos medievales, y así los doce caballeros de la Mesa Redonda (un símbolo e imagen del zodíaco) del rey Arturo representaban también los doce tipos astrológicos. La idea de que esos tipos constituyen, en conjunto, un círculo completo de la humanidad, se trasladó al sistema del juicio por jurado con sus imagenes , que supuestamente garantiza un proceso correcto realizado por una muestra representativa de sus pasos Ello significa, en teoría, que los jurados aunarán su experiencia para perfeccionar su juicio sobre un caso. Según los indios, el i luce es el número de la completud; por esa razón, la Biblia nos dice <|tio Jesús, a la edad de doce años, pudo refutar a los doctores en el templo, pues su conocimiento ya estaba completo.

Durante la Antigüedad, las constelaciones y los planetas fueron reverenciados en los santuarios y en los templos del saber. Ha­ bía doce grandes religiones de los misterios y “cada una de ellas rendía homenaje a un signo del zodíaco o derivaba su autoridad de este”. Los ritos de Aries, o el Carnero Celestial, nos dice Manly Hall, “se celebraban en el templo de Júpiter Amón, situado en el desierto de Libia; los ritos de Tauro, en los Misterios egipcios de Serapis o en la tumba del Toro Divino; los ritos de Géminis, en Sainotracia, donde se adoraba a Cástor y Pólux, los Dióscuros; los ritos de Cáncer en Efeso, donde se reverenciaba a Diana, la diosa de la caza; los ritos de Leo, en las orgías báquicas y dionisíacas de los griegos”tal como indica Esperanza Gracia, etcétera.

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